En un mundo cada vez más competitivo, donde las empresas más disruptivas del mercado tienen mayores posibilidades de éxito, se hace indispensable el trabajo colaborativo y el intercambio de ideas entre los diferentes profesionales que conforman una compañía. Para ello, en la Collaborative Area, donde el conocimiento y las relaciones sociales son protagonistas, hay que configurar una atmósfera tan profesional como informal, con elementos que inspiren, emocionen y permitan que el usuario se sienta libre para conseguir su mejor versión. Al conceptualizar la Collaborative Area es imprescindible pensar en las personas y en qué diseño puede aportarle un mayor confort y bienestar. Y es que los ambientes distendidos, configurados con soluciones versátiles, ayudan a interactuar y facilitan una comunicación interpersonal más auténtica y espontánea.

Pero, ¿cómo crear un espacio de trabajo colaborativo que se adapte a todos los usuarios? Una iluminación sugerente y bien pensada, un mobiliario modular y movible, que permita llevar a cabo tanto una reunión improvisada como una formación distendida, y una atmósfera pensada para los trabajos que requieren menos concentración son algunas de las soluciones creativas que ayudan a configurar estas zonas. La presencia de elementos de biofilia, los objetos de arte que permiten la interacción con el usuario y las soluciones tecnológicas que faciliten los trabajo actual son otros elementos que pueden estar presentes en la Collaborative Area. Junto a una decoración cálida y versátil, convertirá el espacio en un punto de encuentro de ideas creativas que mejorarán la productividad individual o colectiva, y ayudarán a dirigir a la compañía hacia la innovación y el éxito.